Por Rockberto Jiménez
“And I swear that I don't have a gun. No I don't have a gun”-Come as you are, Nirvana.
La trágica muerte del líder y vocalista del grupo Nirvana es por demás conocida. Su nota suicida fue difundida de sobremanera. Para muchos de sus seguidores, esta carta no fue escrita por Cobain. De ser así, ¿entonces cuáles fueron sus últimos pensamientos antes de tomar tan drástica decisión? La respuesta a dicha pregunta aún sigue siendo un misterio. A continuación un breve texto en donde intentamos recrear lo que quizás sucedió en la mente del que fue, sin duda alguna, el líder de la última banda en dejar un legado en la historia contemporánea del rock.
“Estoy aquí en este cuarto completamente solo. Pensando en mi vida actual y en ese pasado que por más que he tratado de olvidar sigue tan presente como si hubiera sido ayer. Las cicatrices de ese pasado lejos de haberse cerrado, se han agravado con el paso del tiempo. En alguna ocasión me preguntaron sobre si mi forma de ver la vida cambiaría al tener hijos. Recuerdo haber respondido que no traería a un ser a sufrir a este mundo. Sin embargo el tiempo pasó y acabe contradiciéndome. Ahora tengo a Frances y me recuerda mucho a mí, cuando aún tenía ese algo llamado fe. Por el amor a mis seres queridos no debería ni siquiera pensar en hacerlo, pero es un hecho que ya no puedo más.
El despertar cada día se ha vuelto tan rutinario. Muchas personas han de pe
nsar que soy un estupido por no valorar “todo” lo que tengo y se que muchas personas quisieran estar en mi lugar, pero quien piense en esto, es porque no saben lo que en mi interior me esta ahogando. Estando en el negocio del rock, he tenido momentos buenos y malos, al final del camino prefieres recordar solo lo bueno. Conocí lugares, personas, vivencias que jamás creí experimentar, sin embargo aquello que me hacía olvidar mi dolor aunque sea por unos instantes ahora ya no me apasiona en lo más mínimo. Creo que el placebo ha dejado de surtir efecto. Encontré a una mujer con la que creí compartiría mi vida, pero ahora veo que solo tuve compañía por unos instantes. Amo a mi hija, pero no quiero que crezca viendo a su padre consumirse día a día. En estos años logré más de lo que pude haber imaginado. Lamentablemente nada de lo que he hecho a lo largo de mi vida me ha quitado este vacío que siento. Conforme me acerco el arma hacía mí, pienso en no hacerlo, pero para que me engaño, nada va a cambiar. Será doloroso, pero creo que unos instantes más de dolor, no significarán mucho, en comparación con el hecho de dar fin al sufrimiento de una alma que desde un principio estuvo condenada…”
Cobain jaló del gatillo, y una bala fue la responsable de dar la paz a un hombre que jamás logró encontrarse a si mismo, pero que tal vez en el más allá por fin haya encontrado su camino al NIRVANA.