miércoles, 4 de junio de 2008

EDITORIAL

Bienvenidos a una edición más de su querido Riffzine 111. Muchas gracias por sus visitas y comentarios.
Siguiendo la línea de números anteriores, les entregamos una serie de textos que gira en torno a un tema polemico y que da pie a muchas discusiones: música y política, conceptos diferentes que cuando se unen desatan controversia.
Disfrutenlo!!!!!!
Atte:
Claudia Hernández y Héctor Juárez
Editores

MÚSICA Y POLÍTICA

Iván Gutiérrez López “ zombie”

Estando en el supuesto de lo que comúnmente pretendemos llamar música sea un ejercicio escénico-mercadológico de frases musicales de corte artesanal, y lo que consideremos política, sea una incursión de orden oligárquico dentro del sistema de administración de los recursos de un Estado, podemos comentar incursiones de personalidades que de uno a otro lado han transitado con resultados comúnmente más folklóricos que útiles o prácticos. Por mencionar algunos ejemplos de antiguo activismo social podemos mencionar a Palito Ortega y Sandro de América en Argentina; Sonny Bono o Joan Baez en Estados Unidos; Rubén Blades en Panamá, etc. Recientemente, otros menos arrojados, arropan con su imagen, las tan de moda ONG’s y buscan posicionamiento social a través de su imagen, abanderando causas como la “ecología” “la desnutrición” o “los niños pobres de África”. Muchas medidas políticas tienen que ver con estrategias de mercado, y no son en realidad lo que pretenden ser. Conciertos como el “LIVE AID” o el recientemente celebrado en varias sedes latinas “ALAS” implican, más que colaboración política o social, distractores a la problemática real de una o varias naciones. Mientras los países petroleros de Sudamérica cierran un cerco en función de los intereses particulares de sus mandatarios (Lula da Silva, Hugo Chávez o Evo Morales) alineados supuestamente hacia “la nueva izquierda latinoamericana”, y en México la agenda política se centra en las reformas energéticas, del estado, electorales, ambientales, migratorias y de salud, ALAS distrae a la comunidad latinoamericana a favor de la “educación”. En fin, lo que líneas arriba definí como lo que por consenso denominamos música, sirve para los más aviesos intereses de lo que líneas arriba también definí lo que por consenso las poblaciones consideran política, un bastión de la hegemonía capital e imperial de nuestros días. Retomando la alegoría del disco Animals de Pink Floyd, además de la policía, una versión más amable de los perros que protegen al cerdo poderoso, son estos pretendidos íconos que con su “música” y sus “banderas de causa social” distraen a los borregos de los verdaderos intereses populares.

O BAILO, O PROTESTO

Por Carolina Celis

Los setentas me gustan por dos cosas: la música disco y el punk. En el principio, el punk buscaba expresar, de la manera más extrema, el sentimiento de inconformidad imperante de la época. Las letras de las canciones eran polémicas, el sonido estridente, y sin embargo todos sabían de qué se estaba hablando. Las bandas de aquellos días no buscaban quedar bien con nadie ni hacerle favores al de la esquina. Ellos se hacían sonar duro, rápido y fácil.

No había poses, eso vino mucho después. Cuando alguien descubrió que podía jalar mucha gente al decir “Vamos a luchar contra…” y que eso servía para llamar la atención de grandes corporativos que podían financiar ese “Vamos a luchar” y al mismo tiempo vender su parafernalia e insertar en el inconsciente colectivo su marca para que cada vez que escucharan la canción tal, del grupo en cuestión, tuvieran esa irresistible necesidad de obtener algo inútil y sentirse con el orgullo de decir “Estoy ayudando”. La intención no es mala pero dudo realmente que el resultado sea honesto. Lo mismo podemos decir cuando se va a un concierto para ver a determinado solista o banda y presumir la ropita de moda olvidando el motivo de aquel masivo. Aunado a esto, hay que tomar en cuenta que lo transmiten por televisión y se la pasan diciendo “Ayudemos, ayudemos”, que traducido significa “Compremos, compremos”. En mi opinión prefiero escuchar la banda sonora de Fiebre de sábado por la noche en la comodidad de mi cuarto, gracias.

DISTURBIO LIGHT

Por Héctor Juárez

Es imposible hablar de alguna banda que en sus letras critique al gobierno y a su sociedad y que no caiga en las garras del mainstream. Al principio todo es alzar el puño o la voz y exigir, apoyados por una buena cantidad de seguidores, una mejor calidad de vida. Y al hacer esto se vuelven una válvula de escape para todas esas personas (sobre todo jóvenes) que buscan formas de sentirse apoyados e identificados con alguien que piensa igual que ellos, con la diferencia que los otros (los músicos) están en un escenario y pueden hacer que su mensaje llegue a miles o millones de seres que comparten su mismo descontento.
La segunda etapa es cuando las grandes disqueras se dan cuenta que ciertas bandas tienen un impacto mayor por su mismo discurso político y social. Se les ofrecen una buena cantidad de dólares, giras, discos, pero los autores de esta “música de protesta” juran que su ideología y sus intereses seguirán firmes como al principio. Pero más temprano que tarde, las bandas o sus líderes se encargan de echar a la basura toda esa credibilidad y esperanza que aún quedaba, y se empiezan a contaminar de la superficialidad de la música comercial. La última y más triste etapa, es cuando la música de estos artistas se vuelve de consumo regular, gustándole igual al fan de la música disco, que al seguidor del rock y permitiendo que sus canciones aparezcan en comerciales de marcas de ropa, refrescos o cualquier producto que no tiene nada que ver con la idea original.
Es por esto y otros factores, que la combinación música y política resulta en un producto que suele ser bueno y novedoso en un principio, para volverse en algo dulce y accesible, ya que si quieres vender no puedes morder la mano que te da de comer.

DESDE EL CLUB DE LOS BANJOS 4

Por Rockberto Jiménez


"Tengo un BMW no porque sea un auto caro,
sino porque BMW, son las siglas de
Bob Marley and the Wailers"



La frase anterior fue utilizada alguna vez por Robert Nesta Marley, para justificar el porque usaba un auto tan costoso, aspecto que contrastaba enormemente con su discurso ideológico, el cual estaba tan alejado de lo que ponía en práctica en su vida cotidiana. Muchos juzgaron a Marley por esta acción, sin embargo es un hecho que tenía todo el derecho del mundo de comprar lo que quisiera con el dinero ganado por su trabajo. Para eso se esforzó en sobresalir ¿no? La pregunta aquí sería ¿Hasta que punto un músico que habla de paz e igualdad en el mundo, debe ser congruente con su forma de vida? Una pregunta nada fácil de contestar si tomamos en cuenta que al final, no es un ser divino sino un humano con errores y virtudes como cualquier otro. Lo importante es que tanto él, como otros cantantes con discurso pacifista, tales como John Lennon o Bono de U2, han inspirado el cambio de consciencia de manera sincera a por lo menos una persona y si así es el caso, entonces han logrado que su fama haya dejado algo positivo a esa humanidad de la que tanto escriben en sus canciones. Si son seres banales o no, eso es otra cuestión. Pues debemos entender, nos guste o no, que aún el sueño más noble o el ideal más profundo, una vez que tiene contacto con la realidad, se vuelve parte de lo mundano. Al final de cuentas, como diría otro cantante “Somos espíritus en un mundo material”…

CALLADITO TE VES MAS BONITO…




Por Claudia Hernández

Actualmente la modernidad, la globalización, y todos los conceptos que quieran utilizar, nos han desensibilizado de tal forma que lo que ahora nos ofrecen como música, son sonidos pegajosos. Pero no solo eso, sino que también tenemos por otro lado a las grandes compañías que nos bombardean fomentando nuestro consumismo y valiéndose de esto toman figuras publicas para sus fines.
No me enfocaré ahora en todas esas banditas de niños ricos que son patrocinados por marcas, sino por esas marcas, que osan utilizar personajes históricos para sus asquerosos intereses. No la mencionaré, pero seguro muchos de ustedes sabrán de quien hablo cuando les diga que “impuso su moda” con la cara del Che Guevara en sus playeras, o aquella otra que pone la cara de Frida Kahlo en tenis.
Si bien esto no tiene que ver con la música, sí es indignante. En ese sentido y a nivel musical, no estamos tan errados, cuantas bandas durante sus conciertos no se avientan sus discursos apoyando a los indígenas o al EZLN o apoyando las empresas de café orgánico, diciendo “no a la guerra”, “abajo la pobreza…” y un largo etc. y tras bambalinas actúan de manera diferente.
Lo cierto es que si eres una figura pública, deberías saber las repercusiones que pueden tener tus discursos para con la juventud principalmente, así que lo mejor es que no digan nada y se callen, finalmente todos estamos insertos en el sistema, no puedes vivir con él, pero tampoco puedes vivir sin él…

LA MUERTE DE LA PROTESTA ROCKANROLERA

Por Eduardo Mar

“Y la carencia arriba, y los salarios abajo, con lo que gano en esta empresa no me alcanza pá tragar”, y en el inter de esta muy izquierdista letra del Panteón Rococó las gordas… flacas y mujeres de muy protuberante busto y trasero invaden el escenario, convirtiendo una de las canciones mas representativas de la lucha contra el capitalismo absurdo y la globalización inflada de egos.
Cierto es que el ska es propio para dar unos buenos movimientos de cadera, pero para eso los creadores de “La Carencia” tiene canciones como Toloache, Cúrame o La Dosis Perfecta, pero, ¿la carencia? … me resulta un absurdo.
Lo mismo pasa con múltiples agrupaciones musicales y con los mismos géneros. Tal es el ejemplo del metal y el punk que en sus inicios con grupos cómo Pantera, Unleash, Sepultura, en la escena mexicana Transmetal, que en sus líricas muestran parte del espejo mismo de la sociedad con su carencia de valores, espíritu y estupidez longeva de ayeres interminables.
Y viene mi favorito, El Perro Negro y Callejero, el que tiene Hoyos en las Bolsas, el que sufrió Abuso de Autoridad, el que es Esclavo de Rock & Roll… Si ese que evocan estos títulos de canciones conocidas por los rockanroleros (especifìco de los rocanrolero porque es más fácil que, un rocanrolero conozca una canción de Ricky Martin, que un popero conozca al autor original de Perro Negro con solo escuchar el titulo de la canción), ese es Alex Lora y El Tri de México, que se han convertido en un “payaso de la escena rockera”. Y no es para menos, el discurso músical de nuestros días no deja a esos “revolucionarios de antaño” mucho espacio para perpetuar su pensamiento. No era lo mismo ver a El Tri, La Botellita de Jerez, La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio en un escenario, que ahora ver al mismo Tri, con Panda, Porter y demás rockeros “meinstrimeros” de porquería.
Así que, después de todas estas quejas, es claro que la protesta política del Rock está muerta y por lógica, el mismo Rock esta en decadencia.
En paz descanse el verdadero Rock & Roll.

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